Tu atención tiene dueño

Hola amigo -dijo Justino por telegram –

-Hola ¿Cómo va todo?

-Pues más o menos amigo – Ante la respuesta decido marcarle –

Y me ha contado brevemente que tiene un problema en BancoT, y hemos quedado para tomar una cerveza y platicar al respecto

Ha llegado puntual mi amigo al lugar, de hecho se me adelantó un poco, me preocupa lo que viene después de ello, debe ser urgente … pienso.

Hola Héctor dice efusivamente y se levanta de la silla para saludarme, viene sin traje lo cuál no es muy habitual en él, acto seguido se sienta y me ofrece disculpas por adelantarse ordenando una cerveza clara, solo atino a decir que entiendo perfecto y le hago hincapié en que me diga que le pasa … El mesero se acerca atento y le pido una cerveza oscura para acompañar a mi amigo.

Héctor – me dice mirándome fijamente – te voy a contar lo que me pasó ayer amigo, por eso quería verte, necesito un punto de vista (me halaga que piense Justino que puedo ayudarle) diferente al mío, mira te comento – me dice sin oportunidad de decir una sola sílaba-

Ayer que fue día lunes 9 de septiembre amigo, llegó Diego el chairman más puntual que de costumbre lo cuál me hizo sospechar de manera inmediata, suelo llegar temprano a la oficina amigo ¡Tú lo sabes!, me ha llamado a su oficina de manera urgente, me comenta su secretaria.

Diego estaba pensativo, sin notar mi presencia lo observo unos segundos para no desconcentrarlo de sus pensamientos -dice Justino iniciando su narración- solo puedo ver un poco su mirada dilatada y su lenguaje corporal me alerta que algo importante ocurre, decido que es mejor esperar un momento, dudo al respecto como un adolescente antes de pedir permiso, Diego está de pie con una sola mano en el bolsillo de su pantalón, un pie delante del otro para hacer apoyo y lograr una postura cómoda para reflexión, eso parece buena señal me digo para apoyarme, su mano se apoya en la orilla de la ventana y está viendo a la calle sin enfocarse en nada en particular … sí debe ser algo muy importante pienso, pero es hora de saberlo y saludo sacándole de sus elucubraciones.

-Hola Justino, buen día –responde–

– Diego, me dicen que deseas hablar conmigo ¿Cómo puedo ayudarte? – Diego sonríe como imaginando una luz de esperanza, puedo reconocer esa sonrisa a medias y me arrepiento de mi expresión apenas ha salido de mis labios –

– Eso espero – murmura para sí mismo y repite – eso espero … -y apaga un suspiro-

Justino, ayer domingo después de comer con mi esposa, los niños se fueron a jugar videojuegos y nos quedamos platicando -me invadió una sensación extraña amigo, sí empezó con un tema muy personal algo grave ocurre- mi esposa me dijo que llamaría a mis suegros para saber como estaban, apenas levantó el teléfono abrí Linkedin en mi celular – mi mente amigo Héctor empezó a buscar en cada palabra algún indicio de su reflexión, pero en un par de segundos decidí que era mala idea y que podía perder información importante por no escuchar atentamente, deseché el pensamiento y me enfoque en su conversación sin reflexionar – y una persona recomendó un libro que se llama “Democratizing Innovation de Eric von Hippel” – me contuve mucho para no hacer un comentario del libro, y que me repitiera el nombre para comprarlo, interrumpir no parecía la mejor idea y decidí esperar, tomé nota mental para el final de la plática- y entonces sucedió algo que me tiene pensando mucho Justino, y estaba pensando antes de que llegaras, como transmitirte el punto importante del evento del fin de semana.

Si empiezo por mi conclusión o es mejor idea en el orden que ocurrieron los hechos, en ambas partes se puede perder valor Justino, pero creo que es mejor idea en el orden natural de los acontecimientos – todo este diálogo era para sí, yo solo seguía escuchando muy atento –

El título del libro que por cierto te recomiendo, es “Democratizing Innovation de Eric von Hippel” – y repitió mas despacio nombre y autor, agradecí con un simple movimiento de cabeza –

Me dio interés el libro y busqué en Google más detalle -siguió diciendo Diego amigo Héctor- encontré un sitio que daba reseña del libro y la vida del autor, me ha interesado mucho y decido investigar más; encuentro que hay una película basada en este libro y me quedé atrapado viendo durante unas 4 horas, la película y otro documental que me recomendaron, apenas me di cuenta del tiempo que pasó de lo entretenido que estaba, hasta que mi esposa me interrumpió diciendo que mis suegros me mandaron saludos, agradecí el gesto y me dijo que era hora de mandar a dormir a los niños para la escuela … me quede perplejo por la hora Justino ¡eran casi las 21 horas!

Al notar mi esposa mi nula participación en el evento de dormir niños, solo me miro con un ligero reproche en su mirada y me volví al celular, tenía la duda del libro y estaba interesado, me sentí mal por no ayudar y le dije: Dame 10 minutos amor y te ayudo, no espere respuesta Justino pero, imagino que no me gustaría nada lo que dijo o pensó.

Busqué en Amazon el dichoso libro, y al revisar el tema me salieron otras recomendaciones que me hicieron todo el sentido y decidí comprar también, en total en la canasta de compra tenía 4 libros muy interesantes y decidí terminar mi compra, Amazon amenazaba con recomendarme mas títulos y no podía resistir … ¿Cómo se llama ese síndrome de solo comprar libros y no leerlos? ¿sabes? – negué con la cabeza amigo, seguía sin emitir palabra por curiosidad genuina ante la narración de Diego – en fin, no importa no te preocupes, da igual.

¡Tsundoku! -casi me grito Diego- así se llama el síndrome

-Y continuo diciendo – Fui a nuestra App de BancoT, para ingresar mi tarjeta virtual con CVV2 dinámico para proteger mi compra por internet, y coloqué esta información en Amazon para finalizar la compra … quién me dió una recomendación final: ¡No esperes, empieza a leer en digital los libros que has comprado! Y no me resistí empezando a leer de que iba este libro que me había gustado, el de innovación me refiero y estuve entretenido por otros 20 minutos, quizá más, hasta que de nuevo mi esposa me volvió a interrumpir diciendo que si podía hacerle caso, ya sabes Justino, donde “manda capitán …”  – dijo soltando una sonora carcajada que alivió la tensión de su relato, porque era algo simple y dominical en familia, pero el tono de su voz detonaba una situación implícita que, me tenía en su despacho a esa hora –

Finalmente se terminó el domingo y todo bien, me he levantado esta mañana y a pesar de ser temprano había decidido llegar tarde para desayunar con mi esposa y compensar el descuido de la noche anterior, como bien asumes no se quedó muy contenta por no ayudarle con los niños … – dijo a modo de confesión – Y apenas me senté a tomar el desayuno me preguntó algo que hizo estallar dentro de mi cerebro y por eso estás aquí – vaya por fin estamos cerca me dije para mis adentros – aunque era la pregunta mas simple y sin intenciones ocultas sabes … eso lo hizo más complicado y me hizo arreglarme rápido y venir a buscarte cuanto antes, agradezco que hayas llegado tan temprano no podía esperar a compartir contigo este hallazgo– si claro pensé, tanto que no me has dicho nada, solo tengo la parte sin conclusión y me urge saberlo –

La pregunta Diego – interrumpí – por favor, que me tienes en ascuas

-Disculpa Justino tienes razón, lo que mi esposa pregunto fue:

-¿Por qué te tardaste tanto tiempo viendo Netflix, luego Google y al final Amazon?

No preguntes como supo … lo importante de este mensaje es: ¡No mencionó BancoT!

Y ahí entendí algo muy importante Justino:

Mi atención tiene dueño y es donde se va mi dinero no solo mi atención.

La verdad Héctor no supe que más decir, le pedí que me diera la tarde para reflexionar al respecto, es complejo -dije- Diego solo asintió y me indicó con un ademán que podía retirarme.

Por eso amigo -siguió diciendo Justino- me pregunto:

¿Quieres dinero? Tengo que tener tu atención entonces

“En la banca no tenemos la atención del cliente, solo tenemos la reclamación”

Justino

Y eso es mucho peor amigo, eso para mí ha sido un descubrimiento que nos puede llevar a la ruina sabes

“Quién tenga la atención, tendrá el dinero”

Justino

Y con este mensaje, lo mandé a imprimir en mi oficina y lo he puesto en la firma de mi correo para que me pregunten a que me refiero y ¿sabes que he comprobado amigo?

-No, pero imagino que no has tenido respuestas favorables

-Exacto y es triste amigo, yo tampoco tengo su atención y me preocupa -dijo en tono melancólico –

Y tengo un gran reto -siguió una vez que había recuperado la emoción- sin duda alguna, y es tener la atención de mi cliente interno y por supuesto el externo

El reto es entender que quiere el cliente, que no sigamos diciendo:

El cliente final es el mejor tester, es la frase que mata los negocios”

Justino

Y reflexionando unos segundos me dijo para terminar y pedir la cuenta:

¡Bienvenido a la Economía de la Atención!


Y terminamos la charla con mi amigo, me parece que el reto no es fácil y nos enfrentamos a una nueva era de la economía.

Muchas gracias por leerme y que tengas un excelente día